Saturno devorando a sus hijos rubens

Saturno devorando a sus hijos rubens

Análisis de Saturno en Goya

¿Qué ves? El dios del tiempo, Saturno, hambriento de poder, está de pie en la oscuridad con el cadáver de su hijo en sus manos. Sus grotescos miembros son anormalmente largos y retorcidos. El color amarillo de su piel le da un aspecto enfermizo y monstruoso. Con una boca tan ancha como sus ojos, arranca a mordiscos trozos de carne del cuerpo de su hijo. La cabeza y el brazo derecho ya han sido devorados. El cadáver cuelga inerte en sus firmes manos, con los dedos clavados en la espalda.

Rodeado de colores apagados y de un fondo negro, la sangre que sale del cuerpo del hijo es especialmente llamativa. Poco a poco, el fondo parece oscurecer el cuerpo de Saturno mientras las sombras se tragan lentamente su codo y sus muslos derechos.

Antecedentes: En su villa de las afueras de Madrid, Goya creó una serie de imágenes perturbadoras que desde entonces han sido apodadas sus Pinturas Negras. Pintadas hacia el final de su vida, estas pinturas reflejan la visión pesimista de Goya hacia la humanidad. Las obras tratan temas oscuros e inquietantes.

Una de las obras más emblemáticas de esta serie oscura es Saturno devorando a su hijo. El cuadro fue creado en su comedor, quizá como respuesta a las guerras napoleónicas que tuvieron lugar hacia el final de su vida. Al ser testigo de lo peor del gobierno español, Goya se preocupó mucho por temas como el abuso de poder y la violencia. Otro ejemplo de las pinturas negras de Goya es Sábado de brujas, que también se expone en el Museo del Prado.

Iván el terrible y su hijo

Saturno devorando a su hijo es el nombre dado a un cuadro del artista español Francisco Goya. Según la interpretación tradicional, representa el mito griego del Titán Cronos (en el título romanizado a Saturno), quien, temiendo ser derrocado por uno de sus hijos,[a] se comió a cada uno de ellos al nacer. La obra es una de las 14 Pinturas Negras que Goya pintó directamente en las paredes de su casa en algún momento entre 1819 y 1823. Fue trasladada a un lienzo tras la muerte de Goya y desde entonces se conserva en el Museo del Prado de Madrid.

En 1819, Goya compró una casa en la ribera del Manzanares, cerca de Madrid, llamada Quinta del Sordo. Era una casa de dos plantas que recibió el nombre de un ocupante anterior que había sido sordo, aunque el nombre era apropiado también para Goya, que había quedado sordo tras contraer una fiebre en 1792. Entre 1819 y 1823, cuando abandonó la casa para trasladarse a Burdeos, Goya realizó una serie de 14 obras que pintó al óleo directamente sobre las paredes de la casa. A la edad de 73 años, y después de haber sobrevivido a dos enfermedades que amenazaban su vida, es probable que Goya estuviera preocupado por su propia mortalidad, y cada vez más amargado por las luchas civiles que tenían lugar en España. Aunque al principio decoró las habitaciones de la casa con imágenes más inspiradoras, con el tiempo las pintó todas con los cuadros intensamente inquietantes que hoy se conocen como las Pinturas Negras. Estos cuadros, que no fueron encargados y que nunca se expusieron al público, reflejan su estado de ánimo cada vez más sombrío con algunas escenas tensas de malevolencia y conflicto[b].

Rubens kronos

Saturno es una figura mitológica romana que ha inspirado a varios artistas de todo el mundo. Aparte de la literatura y los escritos, muchos artistas tomaron la historia de Saturno para interpretarla visualmente a través de sus obras. Peter Paul Rubens y Francisco Goya son los mejores ejemplos de cómo interpretar la naturaleza caníbal de Saturno en sus cuadros. Ambos cuadros se llaman Saturno devorando a su hijo y ambos son horribles pero fieles a la naturaleza de Saturno.

Saturno nació de Caelus [el dios del cielo] y de la madre tierra. Estaba frustrado por el gobierno tiránico de su padre y lo derrotó para convertirse en la deidad principal del mundo. Un día escucha la profecía de que un niño nacido de él lo destronará. Saturno estaba casado con la diosa de la fertilidad – Ops y devoraba a todos los recién nacidos en el momento en que nacían. Devora a Ceres, Veritas, Vesta, Plutón, Neptuno y Juno. Ops preocupada por perder otro hijo – esconde a su sexto nacido Júpiter y le da a Saturno una piedra envuelta en ropa. Saturno cree que se ha comido al niño; sin embargo, sobrevive y destrona a su Padre tal y como predijo la profecía.

Goya arrieta

Cuando se trata de imágenes de canibalismo en el arte, Saturno devorando a su hijo es quizás el cuadro más conocido que nos viene a la mente. De hecho, hay dos versiones muy conocidas de esta escena que se han pintado y, dependiendo de tus intereses estéticos, puede que te resulte más familiar una de ellas que las dos.

La versión de Saturno devorando a su hijo de Goya es mi favorita de las dos pinturas. Creo que es una ilustración mucho más visceral de esta violenta escena. Hay una ferocidad con la que Saturno está canibalizando a su hijo que Goya ha conseguido captar.

Es uno de los cuadros de Goya que se conocen como las Pinturas Negras. Se trata de grandes murales pintados directamente en las paredes de su casa en las afueras de Madrid entre 1819 y 1823. Las pinturas de esta serie son inquietantes y muchas de ellas son algo morosas. Sin embargo, lo interesante es que estas Pinturas Negras están poco conectadas entre sí, más allá del enfoque estético, y que en la serie se representa una amplia gama de escenas diferentes.