
Artistas de la revolucion mexicana
Muralismo mexicano el arte de la identidad y la revolución clave de respuestas
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La época de 1930-1945 en México está marcada por el muralismo mexicano. Desde la década de 1920 hasta la de 1970 se crearon un gran número de murales con mensajes nacionalistas, sociales y políticos en edificios públicos, como parte de los esfuerzos para reunificar el país bajo el gobierno posterior a la Revolución Mexicana. El muralismo mexicano inició una tradición que continúa hasta hoy en México.
Al igual que el uso de los murales en los periodos prehispánico y colonial, el propósito de estos murales no era simplemente estético, sino social, para promover ciertos ideales. Estos ideales o principios consistían en glorificar la Revolución Mexicana y la identidad de México como nación mestiza, en la que se promovía tanto a los indígenas como a los españoles.
El movimiento tuvo su mayor fuerza entre los años 20 y 50, lo que correspondió a la transformación del país de una sociedad mayoritariamente rural y analfabeta a una industrializada. Aunque hoy forman parte de la identidad de México, en su momento fueron controvertidos, especialmente los que tenían mensajes socialistas pegados en edificios coloniales centenarios.
La revolución cultural mexicana
En este curso gratuito, El arte y la revolución mexicana, explorará uno de los murales clave de Diego Rivera que fue encargado por el gobierno mexicano en el período posterior a la Revolución Mexicana de 1910-1920. Estas monumentales obras de arte público, concebidas para ganarse al campesinado y a la clase obrera mexicanos para el nuevo estado posrevolucionario, hicieron que los artistas murales mexicanos fueran aclamados internacionalmente y que Rivera recibiera posteriormente importantes encargos en Estados Unidos. Sin embargo, debido a su compromiso con una forma figurativa de propaganda, la reputación de Rivera se resintió durante el periodo de la Guerra Fría, y estos murales mexicanos han quedado en gran medida fuera de los relatos dominantes del arte estadounidense del siglo XX.
Artistas mexicanos del renacimiento
De entre una gran cantidad de artistas mexicanos, tres emergieron como los más devotos, célebres y prolíficos, hasta el punto de que llegaron a ser denominados los tres grandes: José Clemente Orozco (1883-1949), Diego Rivera (1886-1957) y David Alfaro Siqueiros (1896-1974). Si bien el proyecto muralista empleó a una gran cantidad de artistas de todo el país, la influencia y prominencia de Orozco, Rivera y Siqueiros fue tan grande que tiene sentido limitar la discusión del muralismo en gran medida a ellos para una conferencia introductoria sobre el tema. Cada uno de ellos tuvo una personalidad, una ideología, un estilo y una esfera de influencia diferentes, y a través de sus obras se puede enseñar un estudio bien desarrollado sobre el muralismo mexicano.
Esta unidad es una excelente oportunidad para hablar de las formas en que la representación artística expresa los valores culturales: en la década de 1920, cuando comenzó el muralismo, había una preocupación por definir un nuevo carácter «mexicano». Esto llevó a menudo a temas de mestizaje (celebración de la herencia mestiza de México), pero también al reconocimiento del valor autóctono del indígena.
Muralismo mexicano
La Revolución Mexicana de 1910 comenzó como una rebelión contra la dictadura de 31 años de Porfirio Díaz, que había conducido a una extrema concentración de la riqueza en manos de unos pocos ricos propietarios de plantaciones y a una economía altamente dependiente de las corporaciones internacionales.
En 1917, el país estableció una de las constituciones más radicales y completas de la historia moderna, que garantizaba derechos laborales como el derecho a organizarse y a la huelga, restricciones a la Iglesia, la propiedad nacional de los recursos naturales y el sufragio universal masculino.
La elección del general Álvaro Obragón como presidente en 1920 se considera comúnmente el final de la revolución. En un esfuerzo por unir a un país mayoritariamente analfabeto, el secretario de educación de Obregón, José Vasconcelos, recurrió al arte mural -una técnica utilizada por los mayas y los aztecas- y encargó a tres de los mejores artistas de México que pintaran murales por todo el país.
Estos muralistas, junto con otros artistas y escritores de México de los años 20 a los 60, son el tema del segundo libro de Stephanie Smith, Mexico’s Cultural Revolution. Smith examina las interacciones de estos artistas -la mayoría de los cuales pertenecían al Partido Comunista- con el gobierno posrevolucionario mientras éste intentaba hacer retroceder las reformas de la Constitución de 1917.
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